20120427

Texto del Viernes 27 de abril de 2012

Háganse bondadosos unos con otros, tiernamente compasivos, 
y perdónense liberalmente unos a otros,así como Dios también 
por Cristo liberalmente los perdonó a ustedes (Efe. 4:32).
Actuar así exige un gran esfuerzo, pues somos imperfectos. Si no controláramos nuestros pensamientos y acciones y nos llenáramos de “amargura maliciosa y cólera e ira”, contristaríamos el espíritu santo (Efe. 4:3031). Lo mismo pasaría si fuéramos rencorosos y lleváramos la cuenta de las ofensas que nos han hecho, o si nos negáramos a reconciliarnos con quienes las cometieron. Aun si alguien nos lastima, debemos perdonar tal como lo hace Dios (Luc. 11:4). Imagínese que un hermano ha hablado mal de usted. A fin de arreglar las cosas, usted decide abordarlo, y él se siente mal por lo sucedido y le pide una disculpa sincera. ¿Basta con perdonarlo? No. Hay algo más que hacer, como dice Levítico 19:18: “No debes tomar venganza ni tener rencor contra los hijos de tu pueblo; y tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy Jehová”. w10 15/5 4:14, 15