Transfórmense rehaciendo su mente, para que prueben para ustedes mismos
lo que es la buena y la acepta y la perfecta voluntad de Dios (Rom. 12:2).
Joven, una manera de lograr que crezca tu deseo de servir a Jehová es leyendo a diario la Biblia, la cual satisfará tus necesidades espirituales y te enseñará cosas valiosísimas (Mat. 5:3). De ese modo seguirás el ejemplo de Jesús. Cuando tenía 12 años, sus padres lo encontraron en el templo, “sentado en medio de los maestros, [...] escuchándoles e interrogándolos” (Luc. 2:44-46). Este pasaje muestra que a pesar de ser un niño, le encantaba aprender de las Escrituras y las entendía muy bien. ¿Qué contribuyó a ello? Sin duda, un factor muy importante fue que su madre, María, y su padre adoptivo, José, dos fieles siervos de Jehová, le dieron instrucción espiritual desde su más tierna infancia (Mat. 1:18-20; Luc. 2:41, 51). w10 15/4 1:6, 7