Alcen los ojos y miren los campos, que están blancos para la siega (Juan 4:35).
Jesús no les estaba hablando a sus seguidores de cosechar grano, sino de reunir hombres y mujeres de buen corazón, quienes se convertirían en discípulos suyos. En realidad, los estaba invitando a poner manos a la obra: ¡tenían mucho que hacer y muy poco tiempo disponible! Esas palabras de Jesús cobran hoy un sentido muy especial, ya que los campos de la humanidad están muy maduros, sí, “blancos para la siega”. De hecho, la invitación a aceptar las vivificantes verdades de la Biblia se ofrece todos los años a millones de personas, y miles de nuevos discípulos la aceptan y se bautizan. Tenemos el honor de participar en la cosecha más grande de todos los tiempos, bajo la dirección del Amo de la siega, nuestro Dios Jehová (1 Cor. 15:58). w10 15/7 3:1, 2
Lectura bíblica para la Conmemoración: Marcos 16:2-8 (16 de nisán durante el día)
2 Y muy de mañana, el primer día°de la semana, vinieron a la tumba conmemorativa, cuando el sol había salido.°