20120412

Texto del Jueves 12 de abril de 2012

Jesús también fue bautizado (Luc. 3:21).

 El bautismo que Juan llevaba a cabo era un símbolo mediante el cual los judíos demostraban arrepentimiento por haber pecado y violado la Ley. Como eran parientes cercanos, Juan debía de saber que Jesús no tenía pecados de los cuales arrepentirse. Jesús pudo haber pensado en procrear descendientes sin pecado, ya que él era perfecto, tal como lo había sido Adán. Sin embargo, nunca soñó con un futuro así, pues esa no era la voluntad de Jehová para él. Dios lo había enviado para que fuera el Mesías, la Descendencia prometida, y eso exigía que sacrificara su vida humana perfecta (Isa. 53:56,12). Ahora bien, hay que señalar que el bautismo de Jesús no tuvo el mismo significado que el nuestro. No simbolizó su dedicación a Jehová, pues él formaba parte de Israel, una nación que ya estaba dedicada al Creador. Más bien, fue su presentación ante Dios para efectuar su voluntad, tal como lo señalaban las profecías mesiánicas. w10 15/8 1:7-9