Este es Aquel de quien Dios ha decretado que sea juez de vivos
¡Cuánto nos tranquiliza saber que Jesús es el elegido, pues está libre de toda corrupción, y la justicia y la fidelidad lo acompañan siempre, como si fueran un cinturón que llevara ceñido a la cadera! (Isa. 11:5.) Además, demostró que odia la codicia, la hipocresía y todo tipo de maldad, y censuró a quienes eran insensibles al sufrimiento ajeno (Mat. 23:1-8, 25-28; Mar. 3:5). Y no se dejó engañar por las apariencias, pues “conocía lo que había en el [interior de cada] hombre” (Juan 2:25). Jesús nunca ha dejado de amar la justicia, como lo demuestra el hecho de que hoy dirija la mayor campaña de predicación y enseñanza de toda la historia. No hay nadie —ni hombre ni gobierno ni demonio— capaz de impedir que esta obra se desarrolle a plena satisfacción de Dios (Isa. 11:4). w10 15/12 3:13, 14
Lectura bíblica para la Conmemoración: Marcos 11:12-19 (10 de nisán durante el día)
Lectura bíblica para la Conmemoración: Marcos 11:12-19 (10 de nisán durante el día)
10 de Nisán
Jesús llega temprano al templo. Ayer, no pudo menos que indignarse al ver la flagrante comercialización de la adoración de su Padre, Jehová Dios. Con gran celo, pues, se pone a echar del templo a los que compran y venden en él. Luego vuelca las mesas de los avaros cambistas y los bancos de quienes venden palomas. “Está escrito —exclama Jesús—: ‘Mi casa será llamada casa de oración’, pero ustedes la hacen cueva de salteadores.” (Mateo 21:12, 13.)
Los sacerdotes principales, los escribas y los hombres más prominentes no soportan las acciones y la enseñanza pública de Jesús. ¡Cómo ansían darle muerte! Pero se retienen a causa de la muchedumbre, pues el pueblo está atónito ante su enseñanza y sigue “colgándose de él para oírle” (Lucas 19:47, 48). Al acercarse la noche, Jesús y sus compañeros disfrutan de la agradable caminata de regreso a Betania, donde descansarán hasta el día siguiente.