El Diablo, habiendo concluido toda la tentación, se retiró
de él hasta otro tiempo conveniente (Luc. 4:13).
Si eres adolescente, estás en una etapa de la vida en la que tu “facultad de raciocinio” —tu capacidad de analizar las cosas— se está desarrollando como nunca antes (Rom. 12:1, 2). Este es el momento de pensar seriamente en lo que significa para ti ser testigo de Jehová. Eso te permitirá fortalecer tus convicciones. Entonces, cuando tus compañeros te presionen, sabrás responder de inmediato y con más confianza. No es fácil mantenerse firme y defender los principios justos (Luc. 13:24). Y probablemente te preguntes si vale la pena tanto esfuerzo. Pero recuerda: si das la impresión de que te estás disculpando o de que te avergüenzas de tus creencias, tus compañeros lo notarán y quizás hasta se pongan más pesados. En cambio, si te expresas con convicción, tal vez te sorprenda lo rápido que se dan por vencidos. w10 15/11 2:9, 10